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Las frutas son alimentos que se deben consumir durante todo el año, pues son fuentes de muchos beneficios muy variados. Sin embargo, el consumo de frutas y verduras es más frecuente en verano que en el resto de las estaciones. ¿Por qué? Esa es la pregunta que hoy venimos a responder.

Para empezar, hablemos de los beneficios generales de todas las frutas. Estas son una fuente inagotable de vitaminas, las cuales benefician a nuestro cuerpo y nos ayudan a llevar un estilo de vida más sano. Es por eso que, siempre, se recomienda incluir más de una pieza en nuestra dieta diaria. Sin embargo, la cosa no queda ahí.

En verano, sobre todo, necesitamos que esas vitaminas se junten con la frescura aportada por la fruta, tan requerida durante estos calurosos meses. Aunque suene pesado incluir frutas en cada comida diaria, esto se puede hacer incluso de forma más variada y fácil; por ejemplo, podemos consumir frutas, por ejemplo, hechas zumo, batido, ensalada; acompañadas de yogur y/o cereales, en tartas… Nada nos impide estar sanos, aportando el nivel de vitaminas y minerales que necesita nuestro cuerpo diariamente y, además, deleitarnos con originales recetas.

Las frutas más recomendables para su consumo en esta época son las “frutas del verano”. Si queremos refrescarnos, la sandía o el melón son una buena opción. También, el consumo de ciruelas, melocotones, peras, y hasta fresas y cerezas, entre otros, nos pueden aportar frescor…

Pero los beneficios no se quedan sólo en altas fuentes de vitamina e hidratación. Para nada, ¡aún quedan más!

Como, por ejemplo, las frutas evitan el envejecimiento celular, gracias a su alto contenido en agua (un 80% en la mayoría). Frutas recomendadas para esto son el melón y la sandía. El alto contenido en fibra de las frutas nos ayuda a llevar un correcto funcionamiento del aparato digestivo. Además, ayudan a regular el apetito, también. El consumo de frutas ayuda a que la sensación de hambre desaparezca, controlando así nuestro apetito, y evitando que caigamos en la sobre alimentación. Y no sólo eso, sino que el azúcar de la fruta se va distribuyendo lentamente por todo nuestro cuerpo, no de golpe, como es en el caso de los alimentos procesados.

Entre otros beneficios de la fruta, encontramos que estas son más sostenibles. Por ejemplo, comprar frutas en tiendas locales —en vez de en supermercados, por poner un ejemplo—, puesto que su producción significa un menor gasto de energía y, por tanto, genera menos dióxido de carbono. De esta forma, contribuimos al respeto del ciclo natural de producción, siendo así más ecológicos y respetuosos con el medio ambiente. Las frutas de mercado, además, son más económicas y baratas, y son las que contienen más nutrientes.

Para concluir, el consumo de frutas —y verduras, también— es principal y necesario en nuestra dieta durante todo el año. Sin embargo, en verano más que nunca, necesitamos de una alimentación sana que nos ayude a hidratarnos y a conservar nuestra energía durante todo el día, sobre todo si somos gente trabajadora. Incluye frutas de temporada en tu dieta de distintas formas y así comer sano no sólo no se hará tedioso, sino que también ayudarás al comercio de a pie comprando en tus tiendas locales, como es en el caso de nuestro empresa, Frutas Ignacio.